Oído externo
Se inspecciona el tamaño, la forma, la simetría, los puntos de referencia anatómica, el color y la posición en la cabeza de las orejas. Explore las superficies laterales y medial y el tejido circundante, tomar nota del color y de la presencia de lesiones deformidades o nódulos. La oreja debe presentar el mismo color que la piel de la cara, sin manchas, quistes, lesiones, deformidades o nódulos. en el área pre auricular no debe haber excrecencias, discontinuidades o secreciones. El tubérculo de Darwin, un engrosamiento que aparece a lo largo del borde superior del hélix, es una variante previsible. Pólipos fibro epiteliales pre auriculares y fositas pre auriculares, delante de la oreja en el lugar donde se origina la parte superior del pabellón auricular, son otras variantes esperadas.
El color de la oreja puede variar de determinadas alteraciones, con una coloracion azulada indica a veces cierto grado de cianosis. la palidez o el enrojecimiento excesivo son, en ocasiones, consecuencia de inestabilidad vaso motora. La congelación da lugar a palidez extrema. La forma o el tamaño inusuales de las orejas pueden ser un rasgo de tipo familiar o bien indicar algún tipo de anomalía. la oreja en coliflor es secuencia a un traumatismo contuso y a necrosis del cartilago subyacente. Los tofos, acumulaciones de cristales de ácido úrico pequeñas y blanquicinas, son posibles indicadores de gota. Son frecuetnes los quistes sebáceos, elevaciones cutáneas con un punto que indica bloqueo de una glándula sebácea.
Para valorar la posición de la oreja, trace una línea imaginaria entre el canto interno del ojo y la protuberancia más prominente del occipucio. La parte superior de la oreja debe situarse sobre esa línea o por encima de ella. Trace una línea imaginaria vertical perpendicular a la anterior, inmediatamente por delante de la oreja. La posición de la oreja debe ser casi vertical, con una desviación del ángulo posterior lateral de no más de 10°. Una posición de implantación baja o un ángulo inhabitual pueden indicar aberraciones cromosómicas o trastornos renales. Inspeccione el conducto auditivo externo para detectar una posible secreción y perciba el olor. Una secreción purulenta y maloliente se asocia a otitis externa, otitis media aguda perforada o cuerpo extraño.
Exploración otoscópica
El otoscopio se emplea para inspeccionar el conducto auditivo externoy el oído medio. Seleccione el espéculo más grande que se ajuste con comodidad al oído del paciente. Sujete el mango del otoscopio entre los dedos pulgar e índice, ayudándose con el dedo medio. Dependiendo de sus preferencias, la parte inferior del mango puede apoyarse sobre la palma de la mano o quedar en el espacio comprendido entre los dedos pulgar e índice. Ello permite que el lado cubital de su mano se apoye sobre la cabeza del paciente, de forma que el otoscopio quede estabilizado cuando se inserte en el conducto. La exploración de la membrana timpánica con el otoscopio hace necesaria la manipulación de la oreja de forma firme y suave, de modo que se eviten molestias. Incline la cabeza del paciente hacia el hombro opuesto y, simultáneamente, tire de su oreja hacia arriba y hacia atrás mientras introduce el otoscopio, orientando el conducto para obtener una visualización óptima.
Inserte lentamente el espéculo hasta una profundidad de 1-1,5 cm e inspeccione el conducto auditivo desde el meato hasta la membrana timpánica, evaluando si existe secreción, descamación, enrojecimiento excesivo, lesiones, cuerpos extraños o tapón de cerumen. Evite el contacto del espéculo con las paredes óseas del conducto (en sus dos tercios anteriores), ya que puede resultar doloroso. Cabe esperar la observación de una cantidad mínima de cerumen, una coloración rosada uniforme y la presencia de pelos en el tercio externo del conducto. El cerumen varía de color y textura, pero no ha de desprender olor (v. Variantes físicas, «Tipos de cerumen»).
No debe haber tampoco lesiones, secreción o cuerpos extraños (v. Información clínica, «Limpieza de un conducto auditivo obstruido»). Inspeccione la membrana timpánica para evaluar los puntos de referencia anatómica, el color, el contorno y las eventuales perforaciones. El tímpano debe aparecer translúcido, de color gris perla y con referencias anatómicas visibles (ombligo, mango del martillo y reflejo luminoso) y sin perforaciones Su contorno ha de ser ligeramente cónico, con una concavidad en el ombligo. Cuando la membrana del tímpano es prominente, su forma es más cónica, generalmente con pérdida de los puntos de referencia óseos y con un reflejo luminoso distorsionado. La membrana timpánica retraída es más cóncava, habitualmente con referencias óseas acentuadas y reflejo luminoso también distorsionado. La sujeción neumática del otoscopio se emplea para obtener,información sobre la movilidad del tímpano y sobre el espacio del oído medio, con datos como presencia de derrame en él. El otoscopio,no debe presentar fugas de aire. Asegúrese de que el espéculo introducido en el conducto no deja que pase aire.
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