Es un trastorno del habla que pude afectar a la recepción o a la expresión del lenguaje, que se sospecha por las vacilaciones y otros trastornos del ritmo del habla, la omisión de sílabas o palabras, la transposición de una palabra, las circunlocuciones y los neologismos. La afasia pude ser el resultado de debilidad de la musculatura facial o de la lengua, o de una lesión neurológica que afecte a regiones cerebrales encargadas del control del lenguaje y del habla.
Los trastornos del sistema linfático se presentan con tres signos físicos: Aumento del tamaño de los ganglios linfáticos o linfadenopatía. Lineas rojas en la piel suprayacente o linfagitis y Linfidema. Se debe efectuar la inspección de cada área del cuerpo en busca de ganglios linfáticos evidentes, edema, eritema, lineas rojas y lesiones cutáneas, utilizando las yemas del segundo, tercero y cuarto dedos, palpando suavemente los ganglios linfáticos superficiales. Efectúe primero una ligera presión y después auméntela gradualmente Si hay dolor a la palpación, observe el grado de coloración o enrojecimiento y cualquier incremento infrecuente de la vascularización, del calor o de las pulsaciones. Si con el estetoscopio se perciben ruidos audibles, puede tratarse de un vaso sanguíneo y no de un ganglio linfático. Cuando no esté seguro de la naturaleza de los hallazgos, compruebe si existe cualquier masa grande que presente transiluminación; como regla general, los gang
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